Suelo perderme en mi memoria cuando hago algún viaje intimista por la senda de los recuerdos. Al final me toca hacer autostop y siempre acabo en el coche de alguno de mis fantasmas, que son muchos.
Me siento en el diván de las reflexiones e intento solucionar una sopa de letras que termina en jaque ahogado, dejando la partida en tablas.
Te diré que no te entiendo, que si no me dices lo que te pasa jamás podré averiguarlo por mi cuenta. Pero tú te encierras en banda.
Y completo la sopa de letras con divagaciones absurdas que me llevarán siempre al principio y me alejarán aún más de la respuesta.
[tu respuesta]
Luchando contra molinos de viento que en tu imaginación son gigantes.
[o quizá en la mía]
Sepulto la sopa de letras bajo una montaña de hojas de papel donde alguien garabateó preocupaciones más concretas, exentas de jeroglíficos y dobles interpretaciones. La hipótesis no tiene demostración, el teorema cae siempre en el absurdo, me falta una variable.
Añado todas estas variables a la ecuación y suspiro al pensar que todo habría sido más fácil si no hubieras supuesto que soy Rapel y que tengo que leer en tus silencios... La respuesta solo la tienes tú...
TE ENTIENDO PERO NO TE COMPRENDO
